EL PRESENTE DEL COLE DE ARNEVA
Ya han pasado dos meses desde que se inició el curso en el centro educativo Francisco Girona de Arneva, y mucha gente es la que me pregunta: ¿Al final qué? ¿Cómo quedó aquel proyecto del cole de Arneva? Siempre me pasa igual, no sé como resumir tantas y tantas cosas ocurridas en tan poco tiempo.
El cole Francisco Girona es un centro educativo público y rural, situado en la pedanía oriolana de Arneva, y este curso escolar ha comenzado a construirse a sí mismo de nuevo. Lo componen aproximadamente unos 25 alumnos, organizados en dos aulas. Se han reorganizado sus espacios y se han remodelado sus aulas por ambientes. También ha cambiado la dirección, la directora está formada en pedagogías activas y vivas, capitanea este barco con mucha entrega y más corazón. El profesorado interino está remando en la misma dirección, con ilusión y ganas de seguir aprendiendo en este mar. Los libros de texto y los deberes han dejado paso al aprender jugando, al aprender haciendo y al aprender cooperando.
Y me siguen preguntando ¿pero cuéntame en qué consiste para ver si me interesa a mí para mi hijo?
Pues esa es precisamente la clave, para nosotros como padres el cole responde de forma coherente a nuestro modo de entender la educación, incluso a nuestra filosofía de vida, siendo un continuo de nuestros hogares. Quedan muchas cosas por hacer y mejorar, somos conscientes, pero tenemos un presente que nos emociona, podemos decir que Orihuela tiene una escuela pública viva y activa. Y es que el cole de Arneva ha cambiado y mucho. El ritmo del aprendizaje no se marca a toque de sirena, la bienvenida cada día no se organiza en filas, nuestros niños entran al cole de forma tranquila y feliz, acompañados de sus padres y al ritmo de la música. Para entrar al aula se calzan sus zapatillas de andar por casa, porque en realidad entran a su otra casa, y sus maestras les miran a cada uno de ellos a los ojos, como parte de una gran familia. Los niños se sienten felices, quieren ir al colegio cada mañana, se sienten libres y en armonía, se les deja ser niños, se respeta su ritmo –no se les compara, no se compite- se les deja ser. Vuelven a casa con canciones y las manos sucias de hacer y de aprender, y sin prejuicios, abiertos a distintas formas de ser. Son los verdaderos protagonistas de su aprendizaje, pero más importante todavía, se les está acompañando en su crecimiento personal -sin premios, ni castigos ni amenazas- apoyándoles emocionalmente en sus éxitos, miedos y frustraciones desde la comprensión.
¿Te interesa entonces?
Si nuestros hijos son felices, nosotros somos felices pero ¿Qué sentimos nosotros? Como padres nos sentimos reconocidos y escuchados, somos siempre bienvenidos, poder involucrarnos en la mejora de nuestra escuela a través del Ampa es ya una realidad. En tan solo dos meses nos encontramos inmersos en muchos sueños más: conseguir diferentes subvenciones, organización de actividades, en solicitar el cambio a jornada continua, y en la programación de una escuela de padres que nos permita crecer de forma consciente, que nos permita mirarnos a nosotros mismos. Es emocionante coincidir entre nosotros en algo tan bonito, todos sentimos que en nuestro cole se respira tranquilidad, armonía, complicidad, compromiso, fraternidad, se palpa un ambiente de diálogo y respeto, se ven abrazos, muchas sonrisas, en definitiva se respira amor.
Este es el presente del cole de Arneva, como cariñosamente lo llamamos nosotros, el cole donde se ha hecho realidad nuestro sueño, aunque con sus imperfecciones, pero donde hay mucha ilusión y mucha luz por un futuro muy esperanzador.
Si quieres formar parte de este proyecto, como profesional o como familia, ponte en contacto con nosotros.
Mamá de Julia y Alma