“Los sueños se hacen realidad”
Nunca había soñado en grupo, a lo sumo con mi compañero de vida, pero de verdad os digo que soñar en grupo cuando el motor que te impulsa es el amor por tus hijos, es increíble. El sueño de conseguir un colegio público para nuestros hijos tal y como todos habíamos soñado un tiempo atrás, nos impulsó sin miedo a caer, nos propulsó a un trabajo coordinado, lleno de pequeños pasos que abrían camino hacia la luz y repleto de ilusión. Desde esa primera reunión todo fue lo más parecido a volar, esa sensación de que sobrevuelas por encima de todo y todos, de que eres imparable, y vaya si lo fuimos. Lo que más me obnubiló fue nuestra creencia de que lo íbamos a conseguir, no veíamos el camino pero sí la luz al final de él, teníamos tan claro nuestro sueño que no podía ser de otra manera, el cole de Arneva sería un cole activo y vivo el próximo curso escolar. Hicimos muchas llamadas de teléfono, muchas reuniones con distintas personalidades, recogimos solicitudes para el consellero, diseñamos un cartel para buscar familias que compartieran nuestro sueño, escribimos nuestro proyecto, buscamos profesionales adecuados para llevarlo a cabo, estudiamos las leyes educativas y tuvimos mucha suerte. Y es que no podía ser de otra forma porque como pensamos muchas veces en este vuelo, el universo estaba con nosotros, e íbamos creando a cada paso, la semilla ya había germinado y estaba a punto de salir a la luz del sol. Todavía se me humedecen los ojos cuando recuerdo leer en nuestro grupo de whats up: lo hemos conseguido; no pude evitar la emoción y lloré. Lloré de alegría, mis hijas, nuestros hijos, iban a tener la oportunidad de ser, la oportunidad de aprender desde su interés y personalidad, la oportunidad de ser felices. Y ahora tenemos un espacio público disponible, nuestros hijos preparados, nosotros como padres deseando seguir construyendo y una capitana capacitada y dispuesta para izar las velas de nuestro barco y comenzar a navegar. Sabemos que habrá vientos desfavorables y mareas malintencionadas pero el amor por nuestros hijos no nos permitirá dejar de remar, porque ya sabemos que soñar juntos es una energía imparable que transforma nuestros sueños en realidad.